Fue una sentencia absurda,
rotunda y contundente:
dijeron que las hadas
no eran como gente.
Que no podía verlas,
hablarles o tocarlas.
Que solo eran de cuentos
y no debía aguardarlas.
Que por más que buscara
en rosas y jazmines,
las hadas no vivían
ocultas en jardines.
Y que mi idea vana
de las pequeñas cosas
no hacía que las hadas
se vuelvan mariposas.
Pero no he de creer
lo que me estan diciendo:
Si no existen las hadas:
¿Porqué estoy escribiendo?
rotunda y contundente:
dijeron que las hadas
no eran como gente.
Que no podía verlas,
hablarles o tocarlas.
Que solo eran de cuentos
y no debía aguardarlas.
Que por más que buscara
en rosas y jazmines,
las hadas no vivían
ocultas en jardines.
Y que mi idea vana
de las pequeñas cosas
no hacía que las hadas
se vuelvan mariposas.
Pero no he de creer
lo que me estan diciendo:
Si no existen las hadas:
¿Porqué estoy escribiendo?
2 comentarios:
Me ha sorprendido leer un poema escrito por ti, si bien es cierto que las mujeres "sienten" menos temeridad a la hora de expresar sus sentimientos sobre cualquier cosa, no es menos cierto que cuando una no suele hacerlo sorprende. Simple pero hermoso.
Muy bonito tu poema
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